domingo, 6 de octubre de 2013

Para mamá

Todo empezó contigo. Todos los que te conocen lo cuentan con una sonrisa: tenías las cosas claras, una personalidad arrolladora. Alegre, guapa, decidida, trabajadora. Cualidades que, aunque no los creas, se reflejaban en todas las historias que nos has contado. Porque si... claro que escuchamos. Cada palabra. Por supuesto que nos sabemos esas historias de memoria, porque nos encantaba que nos las contases. Aún nos encanta.

Los veranos en Mezquitilla, las historias de casa. Cómo te desagradaban las tareas domésticas, como preferías ir a entendértelas con los asuntos del banco. Las historias con tus amigas, aquella extraña historia de alienígenas con Mimi. Las visitas del “Gro” y su “¿Me invitai a desayuná?”. Las cosas entre hermanas, las pataletas del tío Enrique. Las bromas del abuelito, la valentía estoica de la abuelita. 

Y mi favorita: como os conocisteis papá y tu. Es la que más me gusta porque me la imagino como una película, una especie de comedia romántica... pero de las buenas: chico de pueblo conoce chica de ciudad. Chico intenta impresionarla. Chica se hace la dura y le da calabazas. Chico persiste más allá de lo imaginable. Chico y chica se casan y tienen cinco chicos, una chica, un gato y un perro. Chico y chica escuchan como su chico mayor lee unas palabras veintiséis años después.

A veces pienso en esa historia y en toda la grandeza que esconde. Qué suerte tuvo papá al encontrarte. Qué suerte tuviste cuando papá decidió persistir más allá de lo inimaginable. Qué suerte tuvisteis los dos. Qué suerte tuvimos todos. Qué suerte tenemos.

Porque sí, recuerdo, y recuerdo mucho. Siempre hablas de la nostalgia que sientes de esos tiempos en que éramos pequeños y adorables. Cariñosos, mimosos. Tus niños.  ¿Sabes? Las primeras canciones que recuerdo son las que tu nos ponías. Si, Julio Iglesias. Jose Luis Perales. Las Zarzuelas. Las Sevillanas. Fíjate hasta que punto se nos quedan clavadas las cosas que hacías para nosotros de pequeños. Parece como si no te dieras cuenta de que aunque año a año todos estamos dejando de ser unos niños, siempre seremos tus niños. Vuestros niños. De los dos. Aunque seamos más gruñones. Aunque estemos liados en nuestras cosas. Aunque nos desviemos del camino, aunque exploremos uno diferente. Pese a que estemos de viaje, de Erasmus, o en la Universidad. Aunque vivamos fuera. Aunque nos perdiéramos. Sabemos, y siempre sabremos encontrar el camino de vuelta a lo que importa. A nuestra familia. A papá y a ti.

Porque nos has enseñado bien. Hiciste y haces el trabajo que Dios te encomendó de una forma admirable. Aún sigues empeñada en pelear todas las batallas. Pero ¿qué se podía esperar? Tu eres así. Incansable. Luchadora. Llena de fe.

Por todo esto, y por todo lo que queda entre líneas, te quiero yo, y te queremos todos. Si, no lo dudes. Te quiero y te queremos. Ahora y siempre. No nos dejes nunca, no pierdas la fe en nosotros, no desfallezcas, no desesperes. Nosotros vamos haciendo camino y aprendiendo. Feliz cumpleaños, mamá.


Valencia, Domingo 06 de Octubre de 2013.


No hay comentarios:

Publicar un comentario