viernes, 19 de abril de 2013

Prohibido

El hombre, apresuradamente, entró en el taxi. Dio la dirección y se dejó caer en el asiento. Tras unos minutos con la mirada perdida en lo que la ventanilla le ofrecía, sintió aquella imperiosa necesidad. Un deseo profundo, intenso. Vio como el conductor lo miraba a través del retrovisor, y entonces titubeó.

- Disculpe... ¿puedo fumar? - preguntó con un hilo de voz.

El conductor negó con la cabeza. No, está prohibido, respondió mirando de nuevo a través del retrovisor. El pasajero se quedó algo estupefacto, y mirando los ceniceros que había en ambas puertas del taxi, preguntó, confundido:

- Pero... entonces... ¿para qué están los ceniceros?

El conductor lo miró una vez más y volvió a fijar su mirada en el ir y venir de coches que tenía delante, contestando:

- Para los que no preguntan.

1 comentario:

  1. Breve pero perfecto! Como un sorbo de chocolate o... o la primera calada de un fumador por la mañana XD

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